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Institute for Biblical & Scientific Studies

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Biblia y Ciencia:
¿La biblia y la ciencia concuerdan?


Traducción: Felipe Elgueta Frontier, BQ
http://www.puertachile.cl

Introducción  

Me parece equivocado tratar de deducir datos científicos acerca de la creación del universo a partir de Génesis 1. Los creacionistas, sean éstos partidarios de una tierra joven o vieja, son culpables de verter modernos términos científicos en el libro de Génesis. Dios podría haber escrito en términos científicos, tales como E=mc2; pero no lo hizo. Creo que Dios tuvo que acomodarse a nuestro reducido conocimiento y limitado lenguaje para comunicarse con nosotros. Dios no escogió términos científico-técnicos para comunicarse con nosotros, sino que usó el idioma común y frases que resultaran familiares en aquella época. Dios podría habernos dicho que el sol no sube ni se pone, sino que es la tierra la que está girando alrededor del sol. En lugar de ello, usó las expresiones comunes de “salida” y “puesta” del sol, que eran literales para los escritores de entonces, pero que los concordistas modernos justifican por ser parte del lenguaje común que usamos incluso en la actualidad. Dios está intentando comunicar verdades espirituales absolutas, no cambiantes teorías científicas.

El propósito de la inspiración de Dios se declara claramente en II Timoteo 3:16, que dice que la Biblia es inspirada por Dios para que sea útil para la instrucción en la rectitud, no para la instrucción en la ciencia. Tomar un poema y usarlo como un texto científico es un error. Es como tratar de usar un martillo como si fuera un destornillador. No funciona. Por ello, debemos entender el contexto histórico y el significado del idioma original en que se escribió la Biblia.

Las Bases Bíblicas de la Ciencia Moderna

Henry Morris ha escrito un libro titulado “Las Bases Bíblicas de la Ciencia Moderna (“The Biblical Basis for Modern Science”, 1984). En él intenta demostrar que ciertos versículos de la Biblia contienen verdades científicas que sólo ahora somos capaces de entender totalmente, gracias a la ayuda de la ciencia moderna. En este artículo mostraremos el estudio de algunos versículos importantes para ver cómo sería una interpretación apropiada.

Henry Morris es culpable de buscar nuestra ciencia contemporánea en la Biblia. Esto se llama eiségesis. Pero lo que se necesita es exégesis. Para conocer el significado correcto de una palabra en la Biblia, ¿debemos consultar el diccionario Webster o remontarnos a los idiomas originales hebreo, griego o arameo? El intento por encontrar el significado original se llama interpretación gramático-histórica de la escritura. Por ejemplo, cuando el apóstol Pablo usó la palabra "ley", no estaba refiriéndose a la Constitución de los Estados Unidos.

Hubo un tiempo en que los teólogos pensaban que el idioma del Nuevo Testamento era un griego especial “santo”. Esto fue hasta que los estudiosos descubrieron que se trataba del idioma común de aquella época. Esto plantea la segunda objeción a la interpretación de Morris: la mayoría de los versículos que Morris considera como ciencia moderna son palabras y frases que eran usadas comúnmente por otras naciones en aquel tiempo. Examinaremos algunos de estos pasajes.

La tercera objeción es que varios de estos versículos son sólo expresiones poéticas de sentido común y no pretenden contener verdades científicas ocultas. En Isaías 51:6, la tierra envejece como un vestido. ¿Isaías está intentando comunicar la segunda ley de termodinámica en este versículo? Que las cosas envejecen es parte del conocimiento común, no de una ciencia sobrenatural.  

La cuarta objeción es que varios de estos versículos están basados en una pobre traducción de ciertas palabras desde el idioma original al inglés. Ha habido varios descubrimientos importantes de textos antiguos desde la traducción de la Biblia King James de 1611, que nos ayudan a entender mejor los idiomas originales de la escritura. Un descubrimiento importante fue la antigua ciudad de Ugarit. Se descubrieron varias tablillas con escritura cuneiforme. Un análisis mostró que este nuevo idioma ugarítico era muy cercano al hebreo. Por ello, el ugarítico nos puede ayudar a entender mejor ciertas palabras hebreas (Craigie 1983; Curtis 1985; Coogan 1978).

La última objeción es que la Biblia no es un libro deciencia. II Timoteo 3:16 establece claramente que la Biblia está inspirada por Dios para que sea útil para la instrucción en la rectitud, no para la instrucción en la ciencia. Gran parte de la Biblia es poesía. Tomar un poema y convertirlo en un texto científico es un error. Debemos comprender los diferentes géneros literarios de la Biblia. Debemos entender el contexto histórico y el significado del idioma original en que se escribió la Biblia. Examinemos ahora algunos versículos específicos que Morris incluye en su libro.

Oceanografía

Salmo 8:8 - "Caminos del Mar"

Morris relata (p.290) cómo Matthew Maury, el padre de oceanografía descubrió las corrientes oceánicas como resultado de haber estudiado el Salmo 8:8 que señala la existencia de "caminos del mar". ¿El autor de este salmo se refería a las corrientes oceánicas que Maury descubrió? ¿El Espíritu Santo estaba intentando comunicar algo de ciencia moderna aquí o, quizás, era una frase común usada en aquel tiempo?

Homero, en su libro “La Odisea” (Libro 3:71), dice: "los caminos del agua del mar”. De nuevo, en el Libro Tres (línea 177), dice: "las naves corrieron delante del viento sobre los caminos del pez de mar profundo” (véase también Libro 4:389). ¿Homero también estaba comunicando grandes descubrimientos científicos? ¿Él fue inspirado o éste era simplemente el idioma común que se usaba en aquel entonces?

Apolonio Rodio, en el tercer siglo A.C., escribió en su libro “Argonáutica”: "y los peces se lanzaban velozmente través del mar profundo, los grandes mezclados con los pequeños, y seguían brincando a lo largo de los caminos de agua” (Libro 1:574). Apolonio describe los peces que siguen a la nave juguetonamente, como las ovejas a un pastor.  

En los Oráculos Sibilinos dice: "vendrá un rey de Asia, blandiendo una gran lanza, con innumerables naves. Él caminará por los caminos de agua del abismo y acortará camino a través de una alta montaña cuando navegue" (Libro 4:76-78; Charlesworth 1983, 386). El rey aludido aquí es Jerjes, que invadió Grecia en el 480 A.C. En otro libro de los Oráculos Sibilinos, dice: "Rea, la maravilla de mujeres, atravesó a Pluto cuando iba más allá de Dodona, por lo que los caminos de agua del río Europa fluyeron y el agua corrió al mar mezclada con Peneo, y ellos lo llamaron Estigia" (Libro 3:143-6; Charlesworth 1983, 365).

El “Himno de Äamaö”, que puede remontarse a la Primera Dinastía de Babilonia o a un período anterior, mucho antes de que se escribiera la Biblia, dice: "Al marinero en el temor de las olas atiendes [...] [Eres tú] quien vigila las rutas invisibles. Tú constantemente hollas los caminos que enfrenta [Äamaö] (solo)" (Lambert 1960, 66-68). Äamaö es el nombre del dios-Sol babilónico. No podemos argumentar que este escritor secular haya pedido prestadas estas palabras de David, porque esto fue mucho antes de que David o incluso Moisés nacieran (Lambert 1960, 122-3).

Incluso los padres de la iglesia primitiva vieron esta frase como parte del idioma común de aquel tiempo y no de una ciencia sobrenatural. San Agustín cita el Salmo 8:7-8 como sigue: "Todas las ovejas y bueyes, sí, es más, las bestias del campo, los pájaros del aire y el pez que recorre los caminos del mar" (p.31). Los "caminos del mar" también son citados por Orígenes, Crisóstomo, Eusebio y Teodoreto. Para ellos, ésta no era una extraña frase de meteorología, sino una frase usada comúnmente.

Salmo 18:15 – “Canales en el Mar"

Morris señala: "sólo en recientes décadas se ha descubierto que el suelo del océano es recorrido por canales y cañones profundos" (p.289). La palabra hebrea “`pq” significa “canales” (BDB 67). En otros versículos se usa también para un lecho correntoso, una quebrada. Esta misma palabra raíz se usa en el cercano idioma ugarítico. En esta lengua aparece varias veces la frase “qrb apq thmtm” (véase el texto de C.H. Gordon 51:IV:20-24, 49:I:4-8), que yo traduzco: “en medio de los canales de los dos océanos (o abismos)”. ¿Significa que los canaanitas en Ugarit tuvieron un conocimiento científico superior mucho antes que el Salmista, o esto era parte del lenguaje poético común de esa época (véase también el targum de Eclesiastés 1:7, que Grossfeld traduce como “canales del mar" p.503).

Job 38:16 – “Fuentes del Mar"

Morris (p.289-90) señala que la ciencia moderna ha descubierto fuentes de agua fresca bajo el mar. La palabra raíz hebrea es “nbk”, que significa "fuentes" o “manantial”. Esta misma palabra raíz se usa también en el cercano idioma ugarítico. En los mismos textos mencionados anteriormente aparece la frase “nhrm mbk”, que yo traduzco: “las fuentes (o manantiales) de los dos ríos”. Una frase paralela se encuentra en Job 28:11 (véase Gordon #1597, & NIV). La única diferencia es el final dual de los ríos en el ugarítico. ¿Significa esto que los canaanitas entendían la ciencia moderna? Morris no debería buscar ciencia moderna en la Biblia ni en otros textos antiguos. Éstas son frases comunes que se usaban en los pueblos de la antigüedad.

Driver afirma que los hebreos imaginaban canales ocultos que se extendían bajo la tierra conectando el mar con el gran abismo de agua (Sal 224:2, 136:6), y de los cuales se suponía que derivaban las aguas del mar (p.330). Lucrecio en “De Rerum Natura” menciona “las fuentes del propio mar” (VI.613 p.487).

Salmo 135:6 - "Todos los abismos”

Morris cree que la palabra "abismo" (el vocablo hebreo “thm”) indica las inmensas fosas oceánicas de casi doce kilómetros de profundidad que sólo la ciencia moderna ha podido descubrir (pág. 288-90). Esta palabra también se usa en Génesis 1:2 y aparece 36 veces en el Antiguo Testamento. Esta misma palabra raíz se usa también en el idioma afín de los ugaríticos. Varias veces en el ugarítico, aparece la frase “qrb apq thmtm” (véase C.H.Gordon, texto 51:IV:20-24, 49:I:4-8), que yo traduzco: “en medio de los canales de los dos océanos (o abismos)”. Es la misma palabra raíz “thm” con un fin dual. ¿Significa esto que los canaanitas en Ugarit entendían que el océano tenía casi doce kilómetros de profundidad? ¡No! El "abismo" era un sustantivo común usado en todo el Medio Oriente en la antigüedad.

En el Himno del Äamaö ni siquiera los dioses de Igigi conocen la profundidad del mar. Dice: "Tú (Äamaö) nunca dejas de cruzar la ancha extensión del mar, cuya profundidad los Igigi no conocen. [Nadie] sólo tú, que desciendes hasta el abismo" (línea 35, & 57; Lambert 1960, 129).

En los antiguos registros de Asiria, Asurbanipal escribe: "Ikkilu, rey de Arvad, que mora en el ancho mar, cuya morada, como (la) de un pez, está en las ilimitadas (literalmente: no contadas) aguas, [en las olas] del poderoso abismo" (Luckenbill 1927, 352).

Homero escribe en “La Odisea”: "todos los abismos le son conocidos; él sirve a Poseidón" (Libro 4.385-6). Por consiguiente, la palabra "abismo" se usaba normalmente en el mundo antiguo.

Meteorología

Eclesiastés 1:7 - "Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena"

Morris ve aquí el ciclo hidrológico de la ciencia moderna (p.274). Yo veo una observación común. En tiempos antiguos era un gran misterio cómo todos los ríos se vaciaban en un mar que rodeaba la tierra sin nunca terminar de llenarse. El targum de Eclesiastés muestra cómo se entendían estos versos en aquel entonces. Grossfeld traduce:

Y el sol sube en el día desde el este, y baja de noche por el oeste, y se apresura a tomar su lugar, y desciende a través del camino que está bajo el mar, y se levanta al día siguiente desde el lugar donde descansó ayer; va siempre del lado sur por el día, y da vuelta de noche por el lado norte, a través del camino que está bajo el mar; da vueltas y vueltas hacia el viento del ángulo sur en la revolución de Nisán y Tamuz, y retorna a sus circuitos hacia el viento del ángulo norte en la revolución de Tishri y Tebeth; entra por las ventanas del este por la mañana, y sale por las ventanas del oeste por la tarde. Todos los ríos y arroyos de agua van y fluyen hasta las aguas del océano que rodea al mundo como un anillo, y el océano no se llena, y al lugar de donde los arroyos van y fluyen, allá vuelven otra vez a través de los canales marinos.

Es interesante notar que el sol viaja a través de un camino bajo el mar. Todos los arroyos fluyen hacia el mar que rodea la tierra como un anillo (véase el mapa del mundo babilónico). El agua del mar fluye a través de los canales del mar subiendo hacia las montañas, desde donde vuelven a salir como arroyos otra vez. Los diluvios eran vistos como provenientes de abajo de la tierra; no desde arriba, de la lluvia del cielo. En los acuerdos de vasallaje de Esarhaddon dice, "que una inundación, un diluvio irresistible, suba de las entrañas de la tierra y te devaste" (ANET 1969, 539, párrafo 56, línea 490).

Hay otro paralelo con Eclesiastés 1:7, que se encuentra en el libro “Las Nubes” de Aristófanes, que dice: “¿Y después qué? ¿Piensas que el Mar es más grande ahora que el año pasado? Ciertamente no, no es más grande: no es acertado decir que lo sea. ¡Y así eres tú, acaparador insaciable! Como el Mar, que aunque recibe todos estos ríos, nunca crece más" (1290-4; véase también el libro de Harry Ranston “Ecclesiastes and the Early Greek Wisdom Literature”, 1925).

El Talmud babilónico explica por qué el mar no se llena, diciendo que las aguas primitivas tienen la habilidad de absorber todas las otras aguas. Por consiguiente, el océano nunca se llena (Bekoret 9B, véase también “The Aramaic Version of Qohelet” por Etan Levine, 1978, 48).

Lucrecio en “De Rerum Natura” declara: "En primer lugar, ellos se maravillan de que la naturaleza no aumente las dimensiones del mar, porque todas las grandes corrientes de agua fluyen hacia allá, porque todos los ríos que entran en él desde todos lados no hacen que el gran mar aumente. Finalmente, ya que la tierra tiene un cuerpo poroso y está conectada con el mar, circundada completamente en sus costas, es necesario que, tal como el flujo de agua pasa desde la tierra hacia el mar, así también escurra hacia la tierra desde el mar salado; como el sabor amargo es colado y la substancia del agua vuelve hacia atrás, se reúne toda en una masa dulce que se desplaza a lo largo del camino que una vez fue abierto por ella en su líquido curso (VI.608-638).

Séneca en “Naturales Quaestiones” dice, "primero, entonces, investiguemos cómo la tierra proporciona el continuo flujo de ríos y de dónde provienen tales cantidades de agua. Nos sorprende que los mares no sean afectados por el aporte de los ríos; es igualmente sorprendente que la tierra no sea afectada por la pérdida de las aguas que salen de ella. Algunos piensan que la tierra recibe de regreso toda el agua que ha emitido y que, por esta razón, los océanos no crecen, porque ellos no asimilan el agua que fluye hacia ellos sino que inmediatamente regresa a la tierra. Por tanto, el agua entra a la tierra por rutas ocultas, al descubierto vuelve al mar y secretamente regresa. El agua de mar es filtrada en su tránsito porque choca con los numerosos pasajes tortuosos de la tierra y pierde su salinidad e impurezas (III, 4-5).

Plinio en su “Historia Natural” teoriza: "la intención del Artífice de la naturaleza debe haber sido unir la tierra y el agua en un abrazo mutuo, la tierra que abre su pecho y el agua que penetra toda su armazón por medio de una red de venas que radian hacia dentro y hacia afuera, por encima y por debajo, con el agua irrumpiendo incluso en las cimas de las montañas, hacia donde es conducida y forzada a salir por el peso de la tierra, y sale a borbotones como el chorro de agua de una cañería. Esta teoría muestra claramente por qué el volumen de los mares no crece con el aporte diario de tantos ríos. La consecuencia es que la tierra en todos los puntos de su globo está rodeada y ceñida por el mar que fluye alrededor de ella" (II.LXVI).

Aristóteles en “Meteorologica” argumenta: "La antigua pregunta de por qué desaparece tal cantidad de agua (porque el mar no crece aunque innumerables ríos de inmenso tamaño estén fluyendo hacia él todos los días) surge de manera bastante natural, pero no es difícil contestarla con un poco de reflexión. Porque la misma cantidad de agua no requiere del mismo tiempo para secarse cuando está esparcida que cuando se concentra en un lugar pequeño. Esto es lo que pasa con los ríos: fluyen por un espacio estrecho hasta alcanzar un lugar de vasta área donde se esparcen y se evaporan rápida e imperceptiblemente. La descripción de los ríos y los mares que da Platón en el Fedón es imposible. Él dice que los unos fluyen en los otros por debajo de la tierra a través de canales horadados a través de ella y que su fuente original es un cuerpo de agua en el centro de la tierra llamado Tártaro, del cual todas las aguas correntosas e inmóviles provienen. Todas ellas recorren una y otra vez un ciclo hacia la fuente original desde la cual surgieron; muchas vuelven a ella en el mismo lugar" (II.ii).

La Septuaginta y la Vulgata aluden al ciclo constante del agua, que llevó a discusiones acerca de corrientes subterráneas que conducían las aguas de regreso a su lugar de origen (Crenshaw 1987, 65). Crenshaw argumenta que la idea en Eclesiastés es usar el flujo incesante de ríos, y no su ciclo, para mostrar la futilidad de la vida (65-66). Stadelmann cree que Isaías 55:10-11 y Job 36:27-28 muestran que los hebreos no creían que la lluvia o la nieve volvieran a las nubes. Señala que "debe insistirse en que la idea de la formación de lluvia por medio de la evaporación y condensación de vapor de agua no se encuentra en el Antiguo Testamento. De este modo, una vez caída sobre la tierra, la lluvia nunca vuelve a las nubes" (1970, 123).

Es interesante notar que la palabra hebrea usada para río aquí es “nhl”, que significa “torrente”. Esto se refiere a los arroyos que fluyen por las quebradas cuando llueve. La palabra normal para un río que fluye continuamente es “nhr”. Esta palabra nunca se usa para ningún arroyo o río en Palestina (Stadelmann 1970, 161). Sí se aplica a los ríos Tigris y Éufrates. Lo que los hebreos llamaban la “cabeza” del río es lo que hoy llamaríamos su “boca”.

Job 28:25 - "El peso del viento"

Morris señala que Job 28:25 es otra anticipación del conocimiento moderno (p.276). Él lo interpreta como una referencia a la “presión atmosférica" que era desconocida en tiempos antiguos. La palabra hebrea “öql” significa peso o siclo. Corresponde al “öiqlu” acadio y al “tql” arameo y ugarítico (NIDOTTE Vol.4, 235-7). La NVI traduce "la fuerza del viento". Job no está hablando de la presión atmosférica, sino de la fuerza del viento.

Salmo 135:7 - "Él hace subir los vapores de los extremos de la Tierra"

La palabra hebrea para "vapores" es “ns`m” de la palabra de raíz “ns”, que significa “levantar” (BDB 1980, 672). Stadelmann argumenta que esta palabra hebrea debe traducirse como “nubes altas”, refiriéndose a las nubes "cumuli castellati" (1970, 99). Esta misma palabra se encuentra en Jeremías 10:13, 51:16, y Proverbios 25:14 (véase Judas 12). Tanto la Septuaginta como la Vulgata traducen “ns`m” como “nubes”. Las traducciones modernas también traducen esta palabra como “nubes” (véase NVI).

El Salmista está describiendo cómo las nubes vienen desde el límite del horizonte, se ubican encima de nuestras cabezas, cubren el cielo y luego llueve. Es una descripción poética de una tormenta. Las nubes parecen surgir desde el horizonte ("los confines de la tierra" en hebreo). Otra buena descripción del desarrollo de una tormenta está en I Reyes 18:44-5, que dice: “Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar... Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia”. Algunos veían a las nubes como baldes que recogían el agua del mar y la dejaban caer sobre la tierra, donde se filtraba su sal.

Génesis 2:6 - "Sino que subía de la tierra un vapor"

La palabra hebrea para el vapor es “`d” que podría traducirse mejor como “flujo, arroyo o fuente". La Septuaginta, la Vulgata y los textos siríacos traducen “`d” como "fuente". La más probable etimología de la palabra es del sumerio/acadio “id”, que representa el río cósmico (Wenham 1987, 58). El cuento sumerio “Enki y Nihursag” dice: “De la boca de donde emite las aguas de la tierra ... trajo su agua dulce de la tierra” (ANET 1969, 38).

Otra posible traducción para “`d”, sugerida por Dahood (1981), es "nube de lluvia”, de la palabra hebrea “`ed” y del eblaíta “i-du”. Los Targums y ciertos Rabinos traducen “`d” como “nube”. El Rabino Joshua creía que la tierra entera bebía la lluvia desde el océano celestial superior (Deut. 11:11) y, de acuerdo a Génesis 2:6, las nubes se elevaban hasta el océano celestial donde ellas abrían sus bocas como un odre y recibían el agua de lluvia (Job 36:27). El Targum de Job dice: "(Yahweh) detiene las gotas de agua (que) dejaría caer como la lluvia en sus nubes" (Sutcleffe 1953, 100). Debido al descubrimiento de textos antiguos y a los avances de la investigación moderna, la palabra “`d” no debería traducirse como “vapor”.

Sobre Génesis 2:6, el targum de Pseudo-Jonatán dice: "La nube de majestad bajó del trono de majestad y se llenó con agua del océano, y entonces se elevó desde la tierra y dio la lluvia para regar toda la faz de la tierra" (Bowker 1969, 110). El Rabino Eliezer estaba de acuerdo con esto, pero el Rabino Joshua replicó que el agua se endulzaba en las nubes (Sutcliffe 1952, 100). Sutcliffe señala que "esta idea de que las nubes reciben el agua del mar hace que la mente moderna piense en la evaporación; pero el targum de Pseudo-Jonatán parece indicar claramente que la nube recibe el agua en forma líquida y, si el fenómeno de evaporación hubiera sido conocido para el R. Eliezer, ciertamente él habría dicho algo al respecto" (Ibid). Parece que estos Rabinos están leyendo mucho más en este versículo que lo que realmente está allí, tal como hace el Dr. Morris. La única diferencia es que los Rabinos ven nubes de lluvia, mientras que Morris no ve ninguna lluvia hasta el diluvio.

Trabajo 38:25 - "Quién el hath dividió un arroyo para desbordar de aguas o la manera para la iluminación"

Stadelmann señala que los escritores hebreos antiguos creían que la lluvia era soltada desde el océano celestial a través de canales de agua, tal como los canales de regadío usados para irrigar la tierra (1970, 121). También se dice que la lluvia es soltada a través de puertas (Salmo 78:23) y ventanas (Génesis 7:11). En Job 38:37, las nubes son descritas como jarros de agua que vierten la lluvia. En el Salmo 33:7, Dios recoge las aguas en un jarro que se pone en un depósito. Se ha sugerido que los hebreos creían que había dos tipos de lluvia: la lluvia beneficiosa que viene de las nubes, y lluvias destructivas sin el uso de nubes intermediarias (Sutcliffe 1953 99-103).

En el ugarítico, las blancas nubes de nieve son vistas como el barco de Baal (dn.tkt.bglt, “un tiempo para que [su] barco [aparezca] en la nieve”; Herdner 4:V.69). Un epíteto más común para Baal es el de "jinete de las nubes", “rkb. `rpt” (Herdner 4:V.122). Las nubes son vistas como el carro de Baal. La Biblia también describe a Dios como el "jinete de las nubes" en el Salmo 68:4, que dice “Cantad a Dios, salmodiad a su nombre, abrid paso al que cabalga en las nubes, alegraos en Yahveh, exultad ante su rostro” (BJ; véase Salmo 18:9, 68:33, 104:3, Isaías 19:1, Mateo 26:24). Las nubes son descritas como el carro de Dios. El salmo 68 es probablemente una polémica contra el culto a Baal. Es Yahveh quien controla las nubes de la tormenta, no Baal (véase Salmo 29).

Proverbios 8:26 - "La parte más elevada del polvo de la tierra"

Morris piensa que este versículo es una referencia a los meteoritos y otras partículas de polvo en la atmósfera inferior (p.273). La palabra hebrea para “más elevado” es “r`ö”. Es la primera palabra de la Biblia hebrea y significa “principio”. Es bueno traducir esta frase como "el primer polvo de la tierra". Esto encaja bien en el contexto, que se refiere al tiempo antes de que algo se creara. La NVI dice: "antes que él creara la tierra y sus paisajes y el polvo primordial con que hizo el mundo”. Este verso no está hablando sobre un polvo alto en el cielo.

Génesis 1:7 - "Las aguas sobre el firmamento"

En base a este versículo, Morris construye su teoría del dosel (pp.277-82). La palabra hebrea para firmamento es “rqy`”, proviente del verbo “rq`” que significa “estampar, pegar, extender" (BDB 1980, 955). Se refiere a la bóveda del cielo que Dios hizo en el segundo día de la creación para separar las aguas. En Job 37:18 dice: “¿Extendiste tú con él los cielos, firmes como un espejo fundido?”. Los hebreos pensaban que el firmamento era una substancia sólida que sostenía el océano celestial sobre sí. En el pensamiento del mundo antiguo había un océano celestial desde el cual llovía cuando se abrían las ventanas, puertas o compuertas. El firmamento era un depósito de viento, lluvia y nieve. El targum de Pseudo-Jonatán en Génesis 1:7 dice:

Y Dios hizo el firmamento, siendo su grosor de tres dedos entre los límites de los cielos y las aguas del océano. Y él dividió las aguas que estaban bajo el firmamento de las aguas que estaban sobre la bóveda (depósito) del firmamento: y así fue hecho (Bowker 1969, 95).

El firmamento se describe como un edificio en Amós 9:6, que dice: "Dios construye su excelso palacio en el cielo y pone su cimiento en la tierra” (NVI). La lluvia está en estas cámaras superiores (Salmo 104:3,13). En Job 9:9 hay cámaras en el sur, donde se guardan las constelaciones. Se creía que las montañas, llamadas “pilares del cielo” sostenían el firmamento (Job 26:11).

No había ningún dosel de vapor. Morris está entendiendo mal lo que es el firmamento en la Biblia. El mundo antiguo veía al cielo como un océano celestial desde el cual venía la lluvia. Humphries también entiende mal Génesis 1. Usando la teoría de relatividad, él postula la existencia de una masa acuosa primordial desde la cual fueron creados el tiempo, el espacio y la materia. Es un error introducir forzadamente la ciencia moderna en la Biblia. Ésta pretende ser un libro espiritual, no un libro de ciencia.

Jeremías 49:36 – “Traeré los cuatro vientos de los cuatro puntos del cielo”

El Dr. Morris evitó convenientemente la discusión de este versículo y otros como éste, que hablan sobre los cuatro vientos (Ez 37:9, Daniel 7:2, 8:8, 11:4, Zac 2:6, Apoc 7:1). En tiempos antiguos, había sólo cuatro vientos provenientes de los cuatro puntos cardinales. Aristóteles distinguía doce vientos (“Meteorología”, cap. 4). A finales del primer siglo D.C., las personas distinguían sólo ocho vientos, porque doce vientos era algo demasiado complejo de manejar.

I Enoc 18:1-5 dice: "Y vi las fuentes de todos los vientos y vi cómo con ellos Él ha bordado toda la creación hasta los fundamentos de la tierra. Vi la piedra angular de la tierra; vi los cuatro vientos que tiene la tierra, así como el firmamento del cielo. Vi cómo los vientos cabalgan en las alturas de cielo y están entre el cielo y tierra: éstos son los mismísimos pilares de cielo. Vi los vientos que se vuelven hacia el cielo y hacen que las estrellas desplacen al sol, así como todas las estrellas. Vi las almas llevadas por las nubes" (Charlesworth 1983, 22-3). El escritor creía que los cuatro vientos eran lo mismo que los cuatro pilares del cielo que sostenían el firmamento y lo hacían girar. En tiempos más antiguos, las montañas eran vistas como pilares que sostenían el cielo. Heródoto en su Libro 4:184.3 escribe sarcásticamente: "Los nativos dicen que ésta (la montaña llamada Atlas) es un pilar de cielo” (Hude 1979).

I Enoc 76:1-4 dice, "y vi las doce anchas aperturas en todas direcciones a través de las cuales los vientos salen y soplan sobre la tierra. Tres de ellos están abiertos delante (al este) del cielo, tres al oeste, tres a la derecha (al sur) del cielo y tres a la izquierda (al norte). A través de cuatro de ellas (las aperturas), soplan los vientos de bendición (y) a través de ocho de ellas soplan los vientos de pestilencia cuando son enviados a destruir la tierra entera” (Charlesworth 1983, 55). En este pasaje se describen doce vientos.

Séneca en el capítulo cinco de su libro “Naturales Quaestiones”, discute en extenso los doce vientos. Vitruvio dice en su libro “De Architectura”: "Algunos han sostenido que hay cuatro vientos. Pero aquellos que han inquirido más diligentemente han determinado que hay ocho” (Libro I.C.VI.4; 57). Acto seguido, él procede a describir la primera torre eólica octagonal que se haya construido.

Plinio el Mayor, en su libro “Historia Natural”, dice: "Los antiguos distinguían cuatro vientos en total, correspondientes a los cuatro rincones del mundo (ésta es la razón de por qué Homero tampoco menciona otros): un sistema torpe, tal como se le consideró poco después; la siguiente época agregó ocho. Por otro lado, este sistema era demasiado refinado y meticuloso. Sus sucesores adoptaron un compromiso, agregando a la breve y antigua lista de cuatro vientos algunos de la más larga y nueva. Por consiguiente hay dos vientos en cada uno de los cuatro rincones del cielo” (Libro II.XLVI; 261).

Astronomía

Job 38:14 - "Ella [la tierra] gira como barro bajo el sello"

Morris sostiene que la rotación de la tierra está implícita en este versículo (p.165). Él dice: "La imagen, en el contexto, es de una vasija de arcilla girando en una rueda para recibir el diseño impreso en ella por un sello". La palabra importante es “sello”, que puede significar un sello de cilindro o un sello de estampa. No está hablando acerca de un vaso de arcilla girando en un torno de alfarero. Delitzsch dice, en su comentario sobre Job: "El alba es como el anillo que estampa una impresión definida en la tierra como la arcilla" (p.316). La RV dice: "Ella muda luego de aspecto como barro bajo el sello". La NVI dice: "La tierra adquiere forma, como arcilla bajo un sello". No hay ningún torno de alfarería girando. Debemos entender el trasfondo cultural del uso de los sellos en el antiguo Cercano Oriente.

I Corintios 15:41 - "Una estrella es diferente de otra "

Morris sostiene que esto no se refiere simplemente al brillo de las estrellas, sino a su localización en el diagrama de Hertzsprung-Russel (p.158). El “Expositor’s Greek N.T.” señala que " ‘allî’ indica diferencia dentro del mismo orden" (Findlay 1979, 936). No creo que Pablo estuviera refiriéndose al análisis espectroscópico de la luz de las estrellas cuando escribió esta carta. No debemos introducir forzadamente la ciencia moderna en la carta de Pablo. Éste es simplemente un conocimiento común que Pablo estaba usando para expresar su idea.

Salmo 19:6 - "Y su curso [el del sol] hasta el término de ellos"

Morris cree que este versículo se refiere a la órbita gigantesca del sol alrededor del centro de la galaxia Vía Láctea. Esto no es lo que el Salmista quiso decir. Él está hablando del camino visible que recorre el sol a través del cielo. Otra vez, Morris está intentando introducir forzadamente la ciencia moderna en este pasaje. La inscripción en un ataúd egipcio dice, "Oh Re, que aquel que está en su atardecer me sea propicio, cuando hayamos hecho el circuito a través del cielo" (ANET 1969, 12).

¿Los egipcios sabían acerca de la gigantesca órbita del sol alrededor del centro de la galaxia Vía Láctea?

Job 38:32 - "¿Sacarás tú a su tiempo las constelaciones de los cielos?"

Morris cree que el mensaje del evangelio está en los signos del zodíaco. En Génesis 1:14, las estrellas en el cielo son creadas para servir como señales que marcan estaciones, días y años, y no para el evangelio ni para la astrología. A mí me sorprende que Morris crea que el zodíaco enseña el evangelio.

Job 26:7 - "(Él) cuelga la tierra sobre nada"

Morris dice: "la tierra está suspendida en el espacio, no sostenida por pilares" (p.246). Hay varios versículos que hablan sobre los pilares de la tierra (Job 9:6, Salmo 75:3) y los pilares de los cielos (Job 26:11). Yo creo que Job 26:7 simplemente está describiendo en forma poética la tierra extendiéndose sobre el abismo. Esta frase tiene paralelos con la extensión de los cielos por encima del vacío o el abismo. El palabra "norte" se usa para una parte de los cielos. La palabra "extendido" se usa sólo para los cielos. La palabra "nada" es paralela a la palabra “vacío” de la frase precedente. La palabra “vacío” también se usa en Génesis 1:2: “la tierra estaba desordenada y vacía”. Yo traduciría esta frase como: “Él está suspendiendo la tierra sobre el confuso abismo”.

En el Enuma Elis (tablilla IV:145, Heidel 1942, 43) dice: "la gran estructura Eaharra (la tierra) que él hizo como un dosel (encima del abismo)”. La tierra es vista aquí como un dosel que se extiende por encima del océano. El Himno de Äamaö dice: "Tú (Äamaö, el dios sol) subes a las montañas que escrutan la tierra. Tú suspendes de los cielos el círculo de las tierras" (Lambert 1960, línea 21-22). Éstas son sólo frases comunes que se usaban en el mundo antiguo. No debemos buscar ciencia moderna en ellas.


Mapa babilónico del mundo Siglo VI-V A.C. Círculo de la tierra y el mar.

Isaías 40:22 - El círculo de la tierra"

Según Morris, este versículo describe una tierra esférica. La palabra hebrea es “hwg”. Yo creo que esto se refiere al horizonte circular que hace de bóveda por encima de la tierra para formar un domo (Meyers 1989, 63-9).

El mapa babilónico del mundo muestra claramente una tierra circular rodeada por un mar circular (textos cuneiformes de las tablillas babilónicas en el Museo Británico, 1960, parte xxii, pl.48; para una traducción al inglés, véase Horowitz 1988, 147-65; 1998, 20-42). El Himno de Äamaö escrito al Dios Sol dice: "Tú (Äamaö, el dios sol) subes a las montañas que escrutan la tierra. Tú suspendes de los cielos el círculo de las tierras". La frase "los cuatro rincones de la tierra" que en acadio es “kip-pát tu-bu-qa-at eerbitti”, puede traducirse literalmente como "el círculo de las cuatro esquinas" (Grayson 1972, 105).


Océanos superior e inferior con tierra redonda de Tutankamón (Rey Tut), siglo XIV A.C.

En la literatura egipcia, el Himno a Ramsés II encontrado en varias losas dentro del templo de Abu Simbel, dicen: “como Re cuando brilla sobre el círculo del mundo" (Erman 1927, 258-9). Hay otra frase similar en “La Guerra contra los Pueblos del Mar", que viene del templo de Ramses III en Medinet Habu y que dice: “Ellos pusieron sus manos en las tierras hasta abarcar el circuito de la tierra" (ANET 1969, 262). Keel, en su libro “The Symbolism of the Biblical World” (pp. 37-40), tiene muchos dibujos egipcios que muestran una tierra circular rodeada por un mar también circular.

Geografía

Isaías 11:12 - "Los cuatro rincones de la tierra"

Morris (p.248) enfrenta el problema de tratar de mostrar que la tierra realmente tiene cuatro rincones:

  1. 55 N, 10 W (cerca de Irlanda)
  2. 50 S, 48 E (cerca de África del Sur)
  3. 15 N, 140 E (cerca de las Filipinas)
  4. 18 S, 80 W (cerca de Perú)

Isaías no estaba pensando en estas coordenadas cuando escribió el libro que lleva su nombre (Meyers 1989, 80-2). Morris parece estar comprometido y determinado a extraer alguna verdad científica a partir de palabras literales que fueron escritas con la intención de ser tomadas metafóricamente.

En Isaías 11:12, la palabra hebrea para “rincones” es “knp”, que el diccionario BDB traduce como "los extremos de la tierra". La raíz de la palabra significa "alado", que la Septuaginta traduce como “pterygon”, la que, a su vez, se usa en el Nuevo Testamento en Mateo 4:5: "el pináculo del templo".

También se mencionan los cuatro rincones de la tierra en Apocalipsis 7:1 y 20:8. La palabra griega es “gonia”. El diccionario de Thayer dice que esta palabra significa "los cuatro límites extremos de la tierra" (Thayer 1962, 123). Esta palabra también puede significar “ángulo” o “esquina”. La Vulgata traduce esta palabra como “angulos”. La “International Standard Bible Enciclopedia” dice: "Los cuatro rincones de la tierra son simplemente los extremos de la tierra en los cuatro puntos cardinales” (Orr 1939, 887). Cuando “gonia” se refiere a un edificio, significa “esquina”; pero cuando se refiere a la tierra significa “extremo”. Por ejemplo, en el catálogo de papiros griegos de la Biblioteca John Rylands (II 130,9), dice: "en el área de Euhemeria en la división de Themistes en la esquina" (Moulton y Milligan 1976, 134). La frase "los cuatro rincones de la tierra" es una expresión común de la antigüedad (Grayson 1972, 105). Un ejemplo de esto se encuentra en la leyenda de Keret que dice: "ellos atraviesan los bordes de la tierra, hasta los confines de la región acuosa” (Gibson 1978, 98; Herdner 16:3,3-4). No creo que estas escrituras antiguas se refieran a las cuatro coordenadas que Morris menciona.

Cosmas Indicopleustes escribió un libro llamado “Topografía Cristiana” alrededor del 547 D.C. (McCrindle 1987). Uno de los propósitos básicos de su libro era refutar, a partir de la escritura y del sentido común, la creencia de los paganos impíos de que la tierra era una esfera. Cosmas creía que la tierra era de forma rectangular porque tomaba literalmente los versículos que dicen que la tierra tiene cuatro esquinas. Él veía el tabernáculo hebreo como un microcosmos del universo. La mesa del pan con su borde ondeado representaba la tierra rodeada por el océano. La mesa era dos veces más larga que ancha y estaba ubicada con su eje mayor en dirección Este-Oeste. De Isaías -que dice que el cielo es Su trono, y la tierra estrado de Sus pies-, él dedujo que la tierra debía estar en la base del Universo. Así como las deducciones de Cosmas nos parecen bobas en la actualidad, lo mismo ocurre con las deducciones científicas que hace Morris a partir del lenguaje metafórico.

Génesis 10:25 – “Porque en sus días fue dividida la tierra"

Me parece extraño que cuando Morris se aproxima a este versículo quiera tomarlo en sentido figurado. Él no cree en la tectónica de placas, sino en la hipótesis de continentes estables (p.255). Esto se debe probablemente a que fue instruido en los años 1940 y 1950, cuando la tectónica de placas era una idea sumamente nueva (su hijo John cree en la tectónica de placas durante y después del diluvio)

El número de estrellas

Jeremías 33:22 dice: “Como no puede ser contado el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir” (también Génesis 15:5, & 22:17). En una noche clara en el medio oriente, las estrellas parecen innumerables. El propósito de esta hipérbole es decir que David tendrá muchos descendientes. Si usamos una computadora para estimar la cantidad de arena o el número de estrellas, no significa que de este modo vayamos a conocer el número exacto de descendientes de David o Abraham. Esto es idioma poético y no una declaración científica. Ésta era una hipérbole común en la Antigüedad (Bullinger, 426-7).

Literatura acadia

Salamansar I era rey de Asiria aproximadamente en el 1280 A.C. Él tenía una inscripción grabada en una lápida de piedra (KAH,I,No.13) que describe la reconstrucción del Templo de Eharsagkurkurra. Dice: "Poco después, en la tierra de los Kuti, que son incontables como las estrellas de cielo y que sabemos cómo saquean, bajaron a mí y lucharon conmigo, y avivaron la enemistad" (Luckenbill 1926, 40, #117; Grayson 1972, 83).

Los anales de Asurnasirpal están inscritos en lozas en el pavimento de la entrada al templo de Urta en Calah. Describe sus grandes campañas militares en los primeros seis años como rey de Asiria, período que empieza aproximadamente en el 1018 A.C. En su primer año, la ciudad de Suru de Bit-halupe se rebeló. Asurnasirpal capturó la ciudad y dijo: "obtuve un botín enorme que, como las estrellas de cielo, no podría contarse” (Luckenbill 1926, 145, #443).

En otra campaña militar, Asurnasirpal dijo: "hasta Dummete (y) Asmu, las ciudades de los hombres de Adini, lo seguí (a Azi-ilu), y el resto de sus ejércitos, que eran incontables en número como las estrellas de cielo, lo vencí (Luckenbill, 162, #472).

Sargón II escribió una carta a "Asur, Padre de los dioses", aproximadamente en el 714 A.C., en la que relata detalladamente los eventos de su octava campaña militar. Sargón dice: "detuve mi marcha en Andia y Zikirtu, que estaban ante mí, y puse mi rostro hacia Urartu. Uishdish, un distrito del país Maneo, que Ursa había asido y había tomado para sí, con su muchas ciudades que son innumerables como las estrellas del cielo, lo capturé completo. Quebré sus paredes poderosas como vasijas, derribé sus cimientos y los allané hasta el suelo. Irrumpí en los huertos innumerables y dejé que mi ejército devorara grandes cantidades de comida" (Luckenbill, 84, #157).

Literatura griega

Píndaro, poeta lírico que vivió entre 518 y 438 A.C., dice: "visto que la arena nunca puede contarse, ¿quién podrá jamás enumerar todas las alegrías que él ha dado a otros?". Después, en el mismo libro, Píndaro dice: "porque, en verdad, yo no podría tener la habilidad para decir el número de los guijarros del mar" (Odas Olímpicas 2.98-100, y 13.46; L&S, 240).

Platón, que vivió de 429 a 347 A.C., en su libro Timeo (39b-d) describe los vagabundeos de las estrellas como "incalculables en multitud y maravillosamente intrincados" (Farrington 1961, 218).

Cuando la ciencia de la astronomía se desarrolló más, los griegos numeraron todas las estrellas que podían ver. Dios ha numerado las estrellas y las llama por su nombre (Salmo 147:4; Isaías 40:26). Hiparco, el padre de la astronomía griega, catalogó un total de 1,080 estrellas en el segundo siglo antes de Cristo. Después, Tolomeo siguió considerando este registro como exacto (Coder 1965, 45).

Literatura latina

Séneca, nacido aproximadamente en el siglo IV A.C., declara en su libro “Naturales Quaestiones”: “innumerables planetas (stellas) se mueven en secreto, desconocidos para nosotros a causa de la opacidad de su luz o porque la posición de sus órbitas es tal que sólo serán vistos eventualmente cuando alcancen los extremos de ellas" (VII. 13.3-7).

Medicina

Levitico 17:11 - "La vida de la carne en la sangre está"

Henry Morris declara: "el hecho de que la sangre sostiene la vida es un concepto relativamente moderno, especialmente asociado con el descubrimiento de la circulación de la sangre por William Harvey en 1616" (p.371). Este concepto de que la vida está en la sangre es muy antiguo y era muy común en el Cercano Oriente (Kedar-Kopfstein 1978, 237-9). Miremos unos ejemplos.

En Mesopotamia, el código de Hamurabi (aproximadamente 1727 A.C.), que se originó mucho antes de que Levítico fuera escrito, dice: “ta-ba-ak na-pis-ti-öu ki-ma me-e”, que Driver traduce “para verter su sangre de vida como el agua" (Driver & Miles 1955, 101-3). La palabra acadia “napiötum” es muy similar a la palabra hebrea “nephesh” (Driver & Miles 1955, 295). Probablemente alrededor de la misma época en que el código de Hamurabi fue escrito, se componía el Enuma Elish que describe la creación de hombre. La tablilla VI dice, "Kingú fue quien creó la disputa e hizo que Tiamat se sublevara y preparase para la batalla. Lo ataron y lo llevaron ante Ea; le infligieron castigo cortándole (las arterias de) su sangre. Con su sangre ellos crearon la humanidad" (Heidel 1942, 47). Kedar-Kopfstein señala que "la sangre se considera como la verdadera substancia de la vida, por lo que “damu” (sangre) y “balatu” (la vida) pueden usarse paralelamente. En los ritos de renovación, se obtiene la sangre de la persona a ser renovada cortándole la piel o se mata un animal como sustituto y se usa su sangre” (1978, 238).

En el ugarítico también hay varios paralelos de “dm” (sangre) con “nps” (alma o vida), tal como los hay en el hebreo (véase Génesis 37:21-22, 42:21-22; Deut. 12:23; Salmo 72:14, 94:21, y Ezequiel 3:18-21, 33:8-9: Fisher 1972, #155). En la historia de Aqhat, el hijo de Daniel, dice, “derrama (su) sangre como un asesino sobre sus rodillas. Que su respiración se vaya como el viento, su vida como un esputo" (CTA 18 IV:24-25, 35-36; Gibson 1977, 112-3).

En 1862, Edwin Smith compró en Luxor, Egipto, un papiro fechado en el 1600 A.C.; pero las palabras arcaicas del texto sugieren que fue copiado de un texto aún más antiguo, aproximadamente del 2,500 A.C. (Reeves 1992, 51). El papiro de Edwin Smith contiene descripciones de 48 casos quirúrgicos. Al principio del papiro dice: "el conteo de cualquier cosa con los dedos (se hace) para reconocer la manera en que marcha el corazón. Hay vasos en él que llevan a cada parte del cuerpo. Cuando un sacerdote de Sekhmet, cualquier doctor “sinw”, pone sus dedos en la cabeza, en las dos manos, en el lugar del corazón, éste habla en cada vaso, cada parte del cuerpo" (Reeves 1992, 52, S1; Breasted 1930). Reeves declara que los egipcios "creían que el corazón era la fuente de vida dentro del cuerpo y, de hecho, pueden haber sentido el pulso y haberlo medido por la comparación con sus propios pulsos. Los egipcios también creían que todos los fluidos internos del cuerpo corrían a través de vasos que emanan del corazón" (Reeves 1992, 52-3). Nosotros no debemos buscar nuestra ciencia moderna en este texto egipcio o en el texto hebreo. Debemos entender estos textos en su propio contexto cultural.

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